¿Por qué The Bear? Un comentario

La serie de HBO The Bear, centrada en un restaurante en crisis y que representa a un chef con inmensos problemas personales, ha sido ampliamente discutida en las últimas semanas. Hay algunas buenas razones para esto. Retrata gran parte de la tensión, el caos y las emociones involucradas en el trabajo de restaurante de una manera extremadamente evocadora. Mezcla el humor provocado por el aburrimiento —producto de un trabajo de preparación repetitivo y tedioso— con la tremenda intensidad de los peores momentos que uno puede tener detrás de la línea.

Muchos también han comentado sobre el compromiso del programa de reproducir detalles de la vida del restaurante como si contara una tradición esotérica; la terminología, los hábitos, los diversos tropos de personalidad del ‘back of house,’ beber agua de recipientes de plástico de cuarto de galón, etc.

Sin embargo, debemos situar el fenómeno de The Bear en su contexto adecuado.

No estamos muy lejos del apogeo de la pandemia, que mató a miles de trabajadores de restaurantes, dejó a millones más desempleados, sometió incluso a más millones a una mayor intensidad de trabajo, todo mientras los dueños de restaurantes se llenaban los bolsillos con pagos directos en efectivo del Estado.

Fue este período ruinoso el que nos llevó a fundar nuestra organización y que impulsó a esfuerzos similares en todo el país. En efecto, la pandemia provocó los inicios de un resurgimiento del movimiento obrero en nuestro sector. Al mismo tiempo, la opinión pública reveló por primera vez una simpatía hacia los trabajadores de los restaurantes que iba en contra del siempre presente culto al chef-propietario.

The Bear representa un retorno a la perspectiva del dueño del restaurante, y ahí se encuentran los límites del realismo del espectáculo. Para contar la historia del artista-chef torturado y su banda de inadaptados, The Bear por necesidad abandona toda realidad económica, representando a la mítica 'familia restaurantera' impulsada por la personalidad individual en lugar de la división del sector en explotados y explotadores. Hace que la motivación de los propietarios no sea la búsqueda interminable de ganancias, como lo es en realidad, sino varios impulsos humanísticos y creativos. Representa un mundo de fantasía en el que las únicas personas preocupadas por cosas tan vulgares como el dinero son los dueños de negocios (!!!), mientras que los trabajadores se preocupan solo por la búsqueda del oficio o por la lealtad personal.

Los comentarios anteriores, como un artículo reciente del estafador perenne y jefa de One "Fair" Wage Saru Jaramayan, han subrayado las críticas del programa sobre la "toxicidad" de la industria en su conjunto. Sin embargo aquí como en todas partes debemos repetir un punto elemental. Hablar de “la industria” como un todo, como algo que no está inherentemente dividido por la relación salarial, solo puede propagar de manera oculta los intereses de clase de los patrones.

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