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La lucha por el contrato ferroviario de 2022: una traición organizada de la clase trabajadora
Desde hace meses se ha especulado en los medios sobre la posibilidad de una huelga ferroviaria. Los trabajadores ferroviarios tienen un contrato de negociación con múltiples empleadores y los líderes de 12 sindicatos negociaron durante meses para llegar a un acuerdo que la mayoría de los trabajadores sindicalizados rechazaron. Sin embargo, debido a que los trabajadores ferroviarios trabajan bajo la Ley del Trabajo Ferroviario, no pueden hacer huelga y más bien están sujetos a la intervención arbitraria del Congreso y del Presidente, problema que persistiría y se intensificaría si se nacionalizaran los ferrocarriles, como algunos han propuesto. Esta ley fue diseñada para despojar a los sindicatos de su principal arma, la huelga, y someter a las organizaciones de la clase obrera a la tiranía del estado capitalista. Aquí están los resultados de eso: los llamados líderes de los sindicatos ferroviarios colaboraron con los patrones ferroviarios para tramar un contrato malo que los trabajadores rechazaron, el estado bajo el liderazgo de Biden decidió usar su poder para imponer ese contrato sobre los trabajadores, y luego todos los llamados “progresistas” y los llamados “socialistas” en el Congreso decidieron respaldar a los patrones también.
Sobre el ascenso de los sindicatos independientes
Este año, hemos sido testigos del surgimiento de sindicatos independientes en muchas industrias y en todo EE.UU.: Amazon Labor Union en Staten Island, NY; Trader Joe’s United en Hadley, MA y en Minneapolis, MN; Trabajadores de Chipotle Unidos en Augusta, ME; Unión Laboral Unida de Geico en Buffalo, Nueva York; Trabajadores Unidos de Home Depot en Filadelfia, Pensilvania; New Seasons Labor Union en Portland, Oregón; y T-Force Social Care Alliance. La existencia de estos nuevos sindicatos ha cambiado el panorama del movimiento obrero.
Sobre la ola de inflación y la recesión que ha comenzado
Para la clase trabajadora, la transición de la inflación a la recesión – en el peor de los casos, ambas (“estanflación”) – será la transición de una forma de miseria a otra. Los más conscientes entre nosotros deben aprovechar la experiencia vital de la amplia masa de trabajadores para promover el desarrollo de sindicatos combativos. Son nuestro único medio de defensa contra la reducción de los salarios reales, el aumento del endeudamiento, los despidos masivos y todas las demás armas del arsenal de la burguesía.